Energía agrovoltaica

Reduce el gasto en tu producción por medio del bombeo solar

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Apostar por el autoconsumo fotovoltaico es una opción sin riesgos y con una alta rentabilidad.

¿Qué es la energía agrovoltaica?

La energía agrovoltaica es la combinación de agricultura y energía fotovoltaica que consiste en la instalación de paneles fotovoltaicos sobre los terrenos de cultivo aprovechando la misma superficie para generar energía eléctrica y producir alimentos.

Se trata de una de las tecnologías renovables más maduras y eficientes. Una solución en la que conviven en sinergia absoluta los paneles fotovoltaicos y los cultivos para llevar a cabo un uso sostenible de la tierra y mantener la biodiversidad simultáneamente.

Las placas solares instaladas en una superficie agrícola permiten conservar la humedad del suelo y controlar la sobreexposición de la luz. Las plantas de energía agrovoltaica, mediante la evapotranspiración, transportan el agua del suelo a la atmósfera. Esto aumenta significativamente la eficiencia de los paneles, al permanecer a una temperatura adecuada y constante.

En estas instalaciones los paneles solares se encuentran a unos metros por encima del terreno para que las plantas tengan espacio suficiente para crecer y para que la maquinaria agrícola pueda pasar fácilmente por debajo de las placas solares.

Normalmente, se suelen emplear dos tipos de instalaciones:

• Sistemas de soportes fijos: colocados a unos cinco metros de altura respecto al terreno de cultivo. Es la altura más adecuada para que la maquinaria pueda acceder correctamente a los cultivos, sin verse obstaculizada por los paneles.

• Invernaderos solares: los tejados de los invernaderos se sustituyen por plantas de generación de energía solar mediante la implementación de placas solares. 

Aplicaciones de la energía agrovoltaica

La energía agrovoltaica presenta un amplio abanico de utilidades, entre las que destacan:

• Electricidad y cultivos: los terrenos más habituales son aquellos que acogen hortalizas, verduras, frutas y cereales, los cuales se ven protegidos de fenómenos atmosféricos gracias a las placas solares.
• Electricidad y pastos: es posible generar energía y emplear el suelo bajo las placas fotovoltaicas como terreno específico para el ganado.
• Electricidad e invernaderos: estos lugares presentan un mayor porcentaje de consumo de energía, ante la necesidad de mantener un microclima adecuado en su interior. Consecuentemente, la instalación de paneles solares reduce el gasto energético.
• Electricidad y agua: es habitual en zonas costeras. Por ejemplo, es posible instalar placas solares para alimentar una planta desalinizadora.